Temazcal es una de las prácticas más antiguas del reino de la medicina curativa y holística natural. 

Es una intensa experiencia de purificación física y emocional, que se practica ancestralmente dentro de una construcción natural semicircular.

Luego de las actividades preparatorias, los participantes entran al temazcal y se introducen piedras porosas previamente calentadas al rojo vivo, a las cuales se les salpica agua y esencias, llenando el espacio con vapor. Bajo la acción de este calor húmedo se proponen diferentes actividades a los participantes, las cuales producen diversas experiencias y generan variedad de efectos físicos.

Esta estructura circular actúa como vórtice de la energía donde con gran poder se manifiesta la intuición, comprensión, perdón, liberación de conflictos o de experiencias traumáticas. Es un portal o acceso a un estado diferente de pensamiento, donde es fácil experimentar directamente la realidad.

La presencia del calor y la obscuridad, junto con la sabiduría de las Ancianitas (piedras volcánicas) facilita la curación de enfermedades del cuerpo y del alma, como aquellas que tienen que ver con el dolor y los miedos. Es una oportunidad para conectar con la esencia espiritual, descubriendo el verdadero curador dentro de uno mismo, experimentando lo Universal y sintiendo lo sagrado en lo simple y natural.

La alta temperatura y el vapor generan las siguientes reacciones fisiológicas:

1. La relajación del sistema muscular, alivio de contracturas, dolores de espalda, dolores de rodillas y tobillos, alivia las afecciones reumáticas y sus dolores (artritis y artrosis), problemas de esguinces, golpes, torceduras, inflamaciones, etc. Esto mismo mejora el sistema nervioso y colabora en la eliminación del estrés, insomnio, nerviosismo, etc.
 

2. El aumento de la circulación sanguínea colabora con la sanación de várices, úlceras varicosas, adormecimientos de manos y pies, presión alta o baja, etc. Facilita los procesos reparatorios en todo el organismo, y especialmente en el circuito cardiopulmonar. La dilatación de los vasos sanguineos permite que la sangre alcance los más recónditos lugares del organismo, facilitando el transporte y expulsión de las toxinas del cuerpo, así como la eliminación de ácido úrico, colesterol, etc.


3. La temperatura y el vapor despeja el aparato respiratorio. Los bronquios se expanden y permiten expulsar las flemas y las pequeñas toxinas acumuladas que pueden pasar del torrente sanguíneo a los pulmones. Trata afecciones tales como: gripe, bronquitis, asma, sinusitis, etc.


4. El aumento de la producción de glóbulos blancos del cuerpo, activa y mejora el sistema inmunológico.


5. La vía del sudor al eliminar líquidos y grasas acumuladas, desintoxica el cuerpo y la piel. De ese modo una persona puede depurar su cuerpo de ácido úrico, colaborar en la eliminación de gorduras, ayudar en problemas de piel (acné, barritos y espinillas) y en el aparato digestivo se mejora la actividad intestinal.


6. Todo esto en conjunto conduce a un rejuvenecimiento general del cuerpo y de la mente, en especial la relajación, que junto con los diversos estímulos que favorecen la liberación de endorfinas en el cerebro, inducen indirectamente a la producción de la hormona de crecimiento, la principal responsable del rejuvenecimiento.


8. Los efectos psicológicos y espirituales del temazcal son los propios de tratar cosas tales como miedos, pánicos, represiones, claustrofobia, etc., y de favorecer las catarsis emocionales. El simple hecho de limpiar el cuerpo y la piel produce un aumento de la percepción. Por sus características es toda una práctica de superación personal.

Liberado de estas cargas, el ser humano puede tomar contacto con su propia esencia espiritual. Esto es lo que se conoce como una experiencia simple de ampliación del estado de conciencia, permitiendo que caigan -parcial o totalmente- los sistemas psíquicos de defensa. El inconsciente creativo provee una nueva manera de ver las cosas.

Para que el ser humano esté en completo equilibrio debe mantener en balance todos sus elementos naturales: Agua, Tierra, Viento y Fuego.